lunes, 23 de noviembre de 2015

Prosa Medieval

 
Otro día hablaba Laura con Claudia de este modo:
-Claudia, bien sé que mi madre me ha comprado muchas cosas y mi madre que yo no se lo agradezco como debiera, y sé también que me compra cosas de marca y caras; pero a veces siento que no tengo nada y me da igual lo que me compre. ¿Me puedes ayudar con este dilema? 
-A ver-dijo Claudia-, para que des valor a lo que tu madre te compra te dire lo que les paso a una amiga mia. 
 
-Laura-dijo Claudia-, mi amiga llegó a tal extremo de desentusiasmo que perdió el cargador de su móvil y no cargaba nunca su movil. Después de buscar su cargador, solo encontró un enchufe. Al acordarse del momento en que su madre le compro el movil y verse ahora si bateria, con un enchufe en la pared,  se puso a llorar amargamente. Estando ella con esta tristeza , notó que a sus espaldas estaba su hermana y, al volver la cabeza, vio que su hermana no tenia ni el móvil porque la habían castigado, habiéndola comprado un móvil mejor. 
»Cuando vio que no tenia el movil, preguntó que porque no luchaba para recuperarlo. Su hermana contestó que su móvil era mejor que el suyo, pero le había dado tan poca importancia que hizo varias cosas mal hasta que se lo quitaron y quería tanto el móvil que no hacia nada para no cabrearles mas. Al oír esto, ella pensó que su reacción era muy inútil entonces busco por toda su casa hasta que encontró su cargador. 
»Y tu Laura, debes saber que, aunque tu madre ha hecho mucho por ti y ha querido que todo esté bien, no ha conseguido que valores todo lo que te da. Asi que tantas cosas te ha dado tu madre que si alguna vez sientes que te falta algo, no te pongas triste ni te desanimes, piensa que otros al que les han comprado mas cosas que a ti estarán tan apurados que se sentirían felices si pudiesen usar sus cosas solo diez minutos. 
A Laura le agradó mucho lo que dijo Claudia, se consoló y, con su esfuerzo salió de aquella penuria en la que se encontraba. 
 
La moraleja de esta historia es: 
Por padecer pobreza nunca os desaniméis,
porque otros más pobres un día encontraréis.
FIN
 

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